Organizacion Social
La sociedad maya estaba organizada sobre la base de una marcada estratificación social, a la cabeza de la cual se encontraba la nobleza, los almenehoob
(‘los que tienen padres y madres’). Este grupo privilegiado
monopolizaba el poder y la autoridad al ostentar los puestos políticos y
religiosos. El gobernante supremo de la provincia era, como ya vimos,
el halach uinik (o halach wíinik) en quien residía el poder absoluto sobre los asuntos terrenales y espirituales. Se le llamaba también ahau; sus emblemas eran el escudo redondo y el cetro con figura antropomorfa y cabeza de serpiente. El cargo de halach uinik era hereditario dentro de una sola familia, y pasaba del padre al hijo mayor.
El halach uinik era, al mismo tiempo, el batab o jefe local de la ciudad en la que vivía, y tenía bajo su mando al resto de los bataboob o jefes locales de las poblaciones que conformaban la provincia. Como jefe supremo, recibía tributo, convocaba a los guerreros y formulaba la política.
En la guerra cada batab comandaba a sus soldados, pero existía un comandante militar supremo llamado nacom, que desempeñaba el cargo durante tres años y respondía directamente ante el halach uinik.
En forma esquemática se puede decir que la sociedad maya se dividía en cuatro grandes grupos sociales:
- La nobleza, formada por sacerdotes, guerreros, burócratas y
comerciantes, ejercía el poder y se pertenecía a este grupo sólo por
nacimiento.
- Los artesanos, especializados, que elaboraban los objetos
utilizados por la nobleza para vestirse, adornar sus viviendas y
demostrar su rango.
- Los campesinos, que vivían dispersos en torno a las ciudades y tributaban un tercio de lo que producían a la nobleza.
- Los esclavos, prisioneros de guerra que eran vendidos para
hacer trabajos o para ser sacrificados en determinados rituales a la
lluvia, la tierra o el sol.
CIVILIZACION MAYA
La civilización maya habitó una gran parte de la región denominada Mesoamérica, en los territorios actuales de Guatemala, Belice, Honduras, El Salvador y en el comprendido por cinco estados del sureste de México: Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán, con una historia de aproximadamente 3000 años.
Durante ese largo tiempo, en ese territorio se hablaron cientos de dialectos que generan hoy cerca de 44 lenguas mayas diferentes. Hablar de los "antiguos mayas" es referirse a la historia de una de las culturas mesoamericanas precolombinas
más importantes, pues su legado científico y astronómico es mundial.
Contrariamente a una creencia muy generalizada, la civilización maya
nunca "desapareció". Por lo menos, no por completo, pues sus
descendientes aún viven en la región y muchos de ellos hablan alguno de
los idiomas de la familia mayense.
La literatura maya ilustra la vida de esta cultura. Obras como el Rabinal Achí, el Popol Vuh, los diversos libros del Chilam Balam, son muestra de ello. Lo que sí fue destruido con la conquista es el modelo de civilización que hasta la llegada de los primeros españoles, había generado tres milenios de historia.
La conquista española de los pueblos mayas no se consumó hasta 1697, con la toma de Tayasal, capital de los mayas Itzá, y Zacpetén, capital de los mayas Ko'woj, en el Petén (actual Guatemala). El último estado maya desapareció cuando el gobierno mexicano de Porfirio Díaz ocupó en 1901 su capital, Chan Santa Cruz, dando así fin a la denominada Guerra de Castas.
Los mayas hicieron grandes e impresionantes construcciones desde el Preclásico medio y grandes ciudades como Nakbé, El Mirador, San Bartolo, Cival, localizadas en la Cuenca del Mirador, en el norte del Petén, y durante el Clásico, las conocidas ciudades de Tikal, Quiriguá (ambas las primeras en ser declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, en 1979 y 1981 respectivamente), Palenque, Copán, Río Azul, Calakmul, Comalcalco (construida de ladrillo cocido), así como Ceibal, Cancuén, Machaquilá, Dos Pilas, Uaxactún, Altún Ha, Piedras Negras
y muchos otros sitios en el área. Se puede clasificar como un imperio,
pero no se sabe si al momento de colonizar impusieron su cultura o si
fue un fruto de su organización en ciudades-estado independientes cuya base eran la agricultura y el comercio. Los monumentos más notables son las pirámides que construyeron en sus centros religiosos,
junto a los palacios de sus gobernantes (lugares de gobierno y
residencia de los nobles), siendo el mayor encontrado hasta ahora el de Cancuén, en el sur del Petén, muchas de cuyas estructuras estaban decoradas con pinturas murales y adornos de estuco. Otros restos arqueológicos importantes incluyen las losas de piedra tallada usualmente llamadas estelas (los mayas las llamaban tetún, ‘tres piedras’), que muestran efigies de los gobernantes junto a textos logográficos que describen sus genealogías,
entronizaciones, victorias militares, y otros logros. La cerámica maya
está catalogada como una de las más variadas, finas y elaboradas del
mundo antiguo.
Los mayas participaban en el comercio a larga distancia en Mesoamérica, y posiblemente más allá. Entre los bienes de comercio estaban el jade, el cacao, el maíz, la sal y la obsidiana.